Tradiciones mazahuas
La cultura mazahua representa, en la actualidad, uno de los grupos
indígenas más arraigados en el Estado de México. Sus comunidades se localizan
en el noroeste y comprenden municipios como Atlacomulco, Jocotitlán, El Oro,
San Felipe del Progreso, Ixtlahuaca, Villa Victoria, Villa de Allende, Donato
Guerra y Temascalcingo.
Los mazahuas han conservado la tradición de no sepultar a sus muertos al
azar; por el contrario, cada familia tiene su propio espacio. Los esposos son
enterrados lo más cerca posible uno del otro; los hijos, alrededor de sus
padres, y los nietos, en torno de aquellos, en sucesiones generacionales.
Al llegar el Día de Muertos, consideran indispensable visitar a sus
familiares que están en el panteón para evitar la cólera de éstos y ser
perjudicados. También representa un acto comunitario, pues se sienten
comprometidos con los vivos, ya que de no visitar a sus difuntos, sufrirán el
descontento y discriminación de los otros mazahuas por haberse olvidado de sus
muertos.
Por otra parte, tienen la creencia de que tanto el bien (Dios) como el
mal (el demonio y la llorona) viven en el panteón y que, en las fechas de
muertos, el mal sale de él para ocasionar desgracias. Por tal motivo, sobre las
tumbas colocan losas o monumentos con una imagen en relieve para que el mal no
se acerque a hacerles daño.
Por sus costumbres ancestrales, continúan respetando sobre todo a los
abuelos. Fueron ellos, en vida, los que detentaron la mayor autoridad y
aconsejaron en su actuar a la familia. El abuelo y la abuela son adornados con
la misma categoría y en similitud de cruces y flores; en caso de que la esposa
haya sido madre política, su tumba presentará menos arreglos. Las flores y
veladoras significan que los familiares difuntos son bienvenidos. Además, se
adornan con rosarios confeccionados con flores de muy diversos colores; el
número de rosarios también es un indicador del lugar que el difunto ocupó en la
familia. Asimismo, la repartición del tipo de flor depende de la jerarquía del
difunto; por ejemplo, las gladiolas moradas son colocadas en las tumbas de los
abuelos, ya que éstas son las más caras.
Posteriormente, beben y comen con ellos, y platican entre sí con la
finalidad de que el difunto se entere de los últimos acontecimientos del
poblado. Cuando los parientes se encuentran sepultados en distintos puntos del
panteón, van recorriendo tumba por tumba a fin de que todos los difuntos sean
visitados por igual. Después de visitar a sus muertos, los mazahuas conviven en
las afueras del panteón con familiares y amigos. Comen principalmente barbacoa
y frutas, mientras que niños y jóvenes se divierten en los juegos mecánicos y
en la lotería.
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